El año pasado, uno de mis momentos favoritos fue ver a Paul McCartney en México.
No solo por la música.
Estábamos viendo historia viva. Un tipo que ha visto todo, que ha cambiado con la industria y que, además, ha sabido jugar sus cartas.
Porque si algo ha demostrado Paul es que es un tipo culto… y bien asesorado.
Ahora, está dando la batalla contra la Inteligencia Artificial (IA). Y no es cualquier pelea.
En un artículo de TechCrunch, mencionan que Paul McCartney y la IA se han vuelto un tema de discusión mundial. El ex Beatle está pidiendo al gobierno del Reino Unido que proteja a los artistas de una propuesta de ley que permitiría a las empresas tecnológicas entrenar modelos de IA con contenido en línea sin pedir permiso.
Sí, sin pedir permiso.
Los Beatles y la tecnología: una relación de amor y odio
Desde siempre, los Beatles han estado a la vanguardia de la tecnología. No es algo nuevo.
En el estudio, fueron pioneros en experimentar con técnicas avanzadas de grabación. Canciones como Tomorrow Never Knows o Revolution 9 no existirían sin su curiosidad por el potencial de la tecnología, según The Conversation.
Después, en 2010, su catálogo llegó a iTunes, pero no sin una dura negociación. Según BBC News, McCartney y los herederos de los Beatles se aseguraron de que su música tuviera el valor que merecía en la era digital. Luego, en 2015, dieron el salto definitivo al streaming en plataformas como Spotify y Apple Music.
Siempre han sabido adaptarse, pero con cabeza.
Paul McCartney y la IA: la línea que no se debe cruzar
La IA no es un problema… hasta que lo es.
McCartney lo tiene claro. La usó para crear Now and Then, una canción inédita de los Beatles, limpiando una vieja grabación de John Lennon. La experiencia, según el propio Paul en una entrevista con la BBC, fue emocionante, pero advierte que sin regulaciones, la IA puede ser un arma de doble filo.
Lo que preocupa a McCartney es esto:
- Pérdida de control creativo. Según TechCrunch, los artistas jóvenes podrían escribir canciones increíbles, pero no ser dueños de ellas.
- Riesgo económico. En una entrevista con AP News, McCartney dice que el dinero generado debería ir a los creadores, no a “algún gigante tecnológico”.
- Protección gubernamental. McCartney lo dijo claro: “Somos la gente, ustedes el gobierno. Se supone que deben protegernos.”
Es simple: sin protección, la creatividad queda en manos de las máquinas.
¿El futuro de la música está en riesgo?
El problema no es la tecnología, sino quién la controla.
Según la Creative Rights in AI Coalition, organizaciones de artistas y medios están luchando contra esta propuesta de ley que debilitaría los derechos de autor.
Porque si permitimos que la IA se “entrene” libremente con contenido de otros, ¿quién protegerá a los creadores?
Elon Musk lo dijo hace poco: “La IA es como un niño sin supervisión.” Y si no hay límites claros, se llevará por delante la industria creativa.
¿Qué podemos hacer?
McCartney ya está levantando la voz. No podemos quedarnos mirando.
Es momento de exigir reglas claras para que la IA sea una herramienta, no un instrumento anti-ético.
Porque el problema no es la tecnología, es cómo se usa.
Nos leemos en luisgyg.com/mail.