Lo que un hater me recordó sobre esta lista

Voy…

Ayer leí un comentario sobre mi lista de mail.

Creo que me encantó.
Creo que me funcionó.

Y te voy a explicar por qué.

El comentario venía de un ejecutivo de Relaciones Públicas.
Uno de esos que, seguramente, lo obligaron a tomar uno de mis talleres.

Y su comentario fue:

 

“Vaya pedazo de spam.”

Me encantó.

Y no, no es ardor.
Te lo juro.

Vamos a desmenuzarlo.

 

 

No solicitado.


Spam es algo que no pediste.
Aquí nadie está secuestrado.
Desde siempre, en mis cursos y talleres aviso que si los tomas, recibirás mis correos.
Y si no quieres, te desuscribes y listo.

 

 

Masivo.


Ok, sí, mando correos a mucha gente.
Pero todos están aquí porque les interesa la tecnología, la IA, la comunicación, la marca personal.
No le estoy escribiendo a mi tía (a ella le escribo en otro correo).

Intrusivo.


Esto no te interrumpe nada.
Es un mail.
Te toma dos minutos leerlo.

Lo abres cuando llega (a las 3.30pm o cuando se te antoje, da igual [bueno, si regalo algo ese día quizá si te lo pierdes]).


Y si no te gusta, te sales.

No hard feelings.

Fraudulento.


Spam es ese correo que te dice que un príncipe nigeriano quiere compartir su fortuna contigo.
O que Walmart te va a regalar un coche.
Yo solo te comparto ideas, experiencias y cosas que creo que te pueden servir.



Así que no, no estoy de acuerdo.

Esto no es spam.

Y eso sí, el que no esté de acuerdo, no es que no me haya gustado. 

Es más, me gustó tanto ese comentario que lo voy a poner en la portada de mi página web.



Porque si algo me ha quedado claro con esta lista, es que si sigues aquí, es porque algo te sirve.

Y si algo te sirve, vale la pena.


P.D.: Al final, ese comentario también era un “open rate”. Y eso me encanta.
P.D.2: Todos los días a las 3.30pm mando un correo. Abajo te suscribes.