“Yo quiero mi Switch 2” —y no soy el único.
Pero a veces, querer no basta.
Un miércoles cualquiera, me levanté con una misión clara: asegurar la consola más esperada del año.
Tenía el café listo.
La tarjeta a la mano.
Y el hype por los cielos.
Entré a Google.
Ahí lo vi.
Nintendo había retrasado la preventa de la Nintendo Switch 2.
No fue por un bug ni por problemas logísticos.
La razón venía directo desde Washington.
¿Por qué se detuvo la preventa de la Nintendo Switch 2?
Tenían todo listo.
La fecha de lanzamiento se mantenía: 5 de junio de 2025.
Pero la preventa, ese primer paso donde te sientes parte del club, se evaporó.
Según IGN, Nintendo pospuso la fecha programada para el 9 de abril para “evaluar el impacto de los nuevos aranceles”.
Traducido: el Excel no cerraba.
Lo interesante es que no lo escondieron.
The Washington Post confirma que fueron de las primeras empresas tech en admitir públicamente que las decisiones políticas de Trump les estaban pegando directo en la línea de flotación.
¿Qué tienen que ver los aranceles con que yo no tenga mi consola?
Todo está conectado.
Nintendo no produce en un solo lugar.
Opera como un rompecabezas global.
De acuerdo con The Verge, los nuevos aranceles aplican justo a los países clave en su cadena de producción:
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Japón, su base original: 24%.
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Vietnam, su nuevo centro: 46%.
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China, el lugar donde todo empezó: 54%.
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Camboya, el backup logístico: 49%.
Ese movimiento de diversificación, que parecía inteligente en 2019 para evadir los impuestos iniciales de Trump, ahora los tiene atrapados por todos lados.
Daniel Ahmad, analista de Niko Partners, lo explica en Eurogamer:
“Nintendo trasladó su fabricación a Vietnam para evitar aranceles… y ahora terminarán pagando de todos modos.”
La ironía es digna de un meme.
Pero lo que está en juego no es chiste.
¿Y el precio? ¿Nos van a vacunar?
Ya se había levantado ceja con el precio base: $449.99 USD.
Una diferencia del 50% respecto al modelo original.
Y eso fue antes del impuesto sorpresa.
En Forbes, estiman que los aranceles podrían añadir entre $180 y $220 dólares.
Eso nos lleva a un posible precio final de $630 o hasta $670.
Hasta Mario Kart World, que ya cuesta $79.99, podría llegar a los $120 dólares.
Eso ya no es gaming. Es lujo.
Serkan Toto, de Kantan Games, dijo al Financial Times que Nintendo ya estaba anticipando algo de esto.
Tal vez por eso lanzaron con ese precio tan alto.
El problema es que el tsunami arancelario fue más grande de lo que preveían.
¿Qué está haciendo Nintendo mientras tanto?
Están moviéndose en tres frentes.
Primero, importaron 383,000 consolas en solo cinco días de enero, según The Verge.
Querían adelantarse al golpe.
El detalle es que el Switch original vendió 4.8 millones en sus primeros nueve meses.
Esa medida es un paracetamol para una migraña.
Segundo, pusieron pausa.
No es indecisión.
Es una jugada táctica para revisar números, evaluar riesgos y repensar precios.
Mat Piscatella, de la firma Circana, lo dijo en Wired:
“Sospecho que Nintendo tenía estimaciones, pero los aranceles reales fueron mucho más altos de lo que anticipaban.”
El tercer frente es el más frustrante: silencio.
Nadie sabe cuándo volverá la preventa de la Nintendo Switch 2.
¿Solo Nintendo está en problemas?
Para nada.
La Entertainment Software Association lo dejó claro: esto afecta a toda la industria.
Su vicepresidenta, Aubrey Quinn, explicó que esto generará una cadena:
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Los fabricantes asumirán más costos.
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Los consumidores pagarán más.
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Habrá menos ventas.
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Menos empleo.
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Y menos innovación.
Aquí no se salva ni Sony, ni Xbox, ni los gamers de PC.
Todo lo que usamos para jugar se va a encarecer.
Si creías que el problema era solo la preventa de la Nintendo Switch 2, es que no has visto la película completa.
¿Por qué no fabrican las consolas en EE.UU.?
La respuesta corta: sería una locura.
De acuerdo con Vox, trasladar la producción implicaría:
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Invertir miles de millones de dólares.
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Esperar entre 4 y 5 años para que esté lista una fábrica.
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Pagar sueldos 15 veces más altos.
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Importar piezas que también tendrían aranceles.
Y lo peor: si cambia la presidencia, podrían quitar los aranceles.
Toda esa inversión quedaría como una anécdota cara.
Hoy, lo único claro es que la preventa de la Nintendo Switch 2 sigue congelada.
No por un bug.
Tampoco por una huelga.
Por un decreto político que trastocó todo el ecosistema gamer.
Yo sigo igual que tú.
Con la tarjeta lista.
El café ya frío.
Y el hype sin consuelo.
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