“Se cayó Telmex… y yo también me caí con él.”
Estaba en vivo.
Conectado.
Listo para arrancar.
Y de pronto:
Pantalla congelada.
Silencio digital.
Mi alma, flotando entre el router y el módem como si fuera un fantasma.
Fue la única vez que me falló Telmex en años.
Una.
Pero suficiente para entender lo frágil que puede ser esto.
Ahora imagina que eso pasa seguido.
Y encima te lo quieren cobrar.
Así empezó el caos con los cambios en Totalplay.
Una historia que es mitad lección de negocios… y mitad chisme ardiente que necesitas saber.
¿Qué rayos pasó con los cambios en Totalplay?
Te lo resumo:
Totalplay anunció que a partir del 15 de abril de 2025, va a mejorar sus planes para ofrecer internet simétrico.
O sea: misma velocidad de bajada que de subida.
Ideal para creadores, streamers, gente que trabaja en la nube.
Peeero (porque siempre hay un pero)…
también impuso límites de consumo.
Así lo detalla El Informador: cada plan tendrá un tope mensual de GB. Y si te pasas, pagas.
Plan contratado Límite mensual (GB)
30 Megas 1,000
80-100 Megas 1,500
200-250 Megas 2,000
300-350 Megas 2,500
500 Megas 3,000
700-800 Megas 3,500
1,000-1,200 Megas 3,999
Desde la segunda, 110 pesos por cada 100 GB extra.
Y aunque tengas el plan más alto, no puedes usar más de 3,999 GB. Punto.
¿Entonces ya no es ilimitado?
Exacto.
Aunque en su momento te lo vendieron como “internet ilimitado”, ahora te lo limitan.
Y eso molestó a mucha gente.
En redes, la frase #CancelacionMasivaDeTotalplay se volvió tendencia.
Como cuenta El Universal, miles de personas se indignaron porque el servicio que contrataron ya no es el mismo.
Gente en TikTok, X y hasta YouTube soltando tutoriales para cambiarse a Telmex o Izzi.
Y ahí fue cuando Telmex se puso las botas y lanzó su dardo:
“Navega ilimitadamente de subida y de bajada siempre por el mismo precio.”
Boom.
¿Qué hizo Salinas Pliego? ¿La arregló o la empeoró?
La empeoró.
Con estilo.
En lugar de calmar, se puso gallito.
Según Marca, respondió directamente en redes a usuarios molestos:
“No se dejen engañar por gente pendeja y desinformada.”
“¿Alguna vez les he quedado mal?”
“Denme chance. Yo les voy a resolver.”
Sí, esas fueron sus palabras.
No mías.
Las suyas.
Y por si faltaba sazón, dijo que los límites están para castigar a quienes revenden el servicio, a los “ratas” que abusan.
El problema es que a quien termina afectando esto no es solo al que revende.
Sino al gamer que baja 3 juegos al mes.
A la familia con 5 dispositivos.
A la diseñadora que sube archivos pesados al Drive.
A ti.
¿Y Profeco se quedó viendo?
Para nada.
Milenio reportó que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ya se metió al pleito.
Y fue clara:
No puedes cambiarle a la gente los términos del contrato sin su autorización.
O como ellos lo pusieron:
“Bajo ninguna circunstancia los proveedores pueden modificar las condiciones que originalmente se acordaron.”
Si tú contrataste algo “ilimitado”, te tienen que respetar eso.
Y si no, puedes levantar queja al correo denuncias.telecom@profeco.gob.mx o a los teléfonos 5555688722 y 8004688722.
¿Los cambios en Totalplay ya son definitivos?
Aquí viene el plot twist.
Ante tanta presión, Totalplay suavizó el golpe.
Vanguardia publicó el comunicado de Eduardo Kuri, CEO de la compañía:
“Puede estar tranquilo, en caso que este beneficio no sea de su interés le regresaremos el internet a las características idénticas que tiene hoy.”
Traducción libre:
Si no quieres el internet simétrico con límites, puedes pedir que te dejen como estabas.
¿Fácil?
No tanto.
Porque no se explicó cómo hacerlo.
Ni dónde.
Ni qué tan rápido.
Así que, sí, hay un respiro.
Pero también confusión.
¿Quién pierde más con los cambios en Totalplay?
Totalplay, sin duda.
Pero el daño no es solo para ellos.
Esto deja claro que si una empresa puede hacer lo que quiere y tú no dices nada, mañana lo hará otra.
Y otra.
Y otra.
Hoy fue tu internet.
Mañana puede ser tu nube.
Tu streaming.
Tu banco.
La neutralidad digital no es eterna.
Si la gente no exige claridad, la “letra chiquita” se va a volver costumbre.
¿Y tú qué haces si eres cliente?
Tienes dos caminos:
-
Te aguantas, consumes poquito y rezas para no pasarte.
-
O exiges lo que firmaste: servicio sin límite, como se prometió.
Y si no, pues cambias de proveedor.
Así de simple.
Porque si algo dejó claro este escándalo es que la competencia existe.
Y que las marcas que escuchan, ganan.
Entonces… ¿esto en qué termina?
Todavía no termina.
Pero ya dejó huella.
Los cambios en Totalplay mostraron que la gente no se queda callada.
Que la autoridad puede intervenir.
Y que los usuarios, cuando se organizan, logran respuestas.
Totalplay pensó que el cambio iba a pasar desapercibido.
Que la frase “es por tu bien” iba a calmar al público.
Que un poco de internet simétrico bastaba para tapar el límite.
Y se equivocó.
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