El caso de Jeffrey Leibowitz muestra los peligros de confiar demasiado en tu suerte, y más aún, cuando se trata de animales peligrosos. Leibowitz, un conocido snake influencer que dirige el grupo de Facebook Venomous Snakes Classified con casi 50,000 miembros, minimizaba constantemente el uso de antídotos y ridiculizaba a quienes mostraban miedo ante serpientes venenosas. El taipán es una serpiente extremadamente venenosa originaria de Australia. Su veneno es considerado uno de los más potentes del mundo, capaz de matar a 100 personas con una sola mordida. Hay varias especies, siendo el taipán del interior la más peligrosa.
El 5 de septiembre de 2024, fue mordido por una de las serpientes más letales del mundo, un taipán, y todo cambió. Leibowitz se enfrentó a la ironía de necesitar urgentemente el antídoto que tanto había despreciado.
Este snake influencer se hizo famoso por comentarios como ‘anti venom is for pussies’, publicados en enero de 2024 en sus redes sociales. Leibowitz criticaba a quienes, según él, no comprendían que manejar serpientes venenosas era solo una cuestión de control. Sin embargo, ese control se le escapó de las manos cuando el taipán lo mordió mientras intentaba grabar un video para sus seguidores en Instagram. La mordedura de la serpiente cambió su actitud, pues se vio obligado a pedir ayuda para conseguir antídoto, algo que, hasta ese momento, consideraba innecesario.
En su video del 5 de septiembre, Leibowitz manejaba al reptil mientras explicaba a sus 15,000 seguidores que “no hay por qué temerles si sabes sus limitaciones”. Sin embargo, poco después, el taipán lo mordió y todo su discurso se derrumbó. El taipán, conocido por tener suficiente veneno para matar a 100 personas, le dejó claro a Leibowitz que no todo está bajo control. La mordida lo llevó al hospital, donde le fue administrado el antídoto que, irónicamente, había rechazado tantas veces.
¿Qué dice este incidente sobre los influencers y los peligros de subestimar la naturaleza?
La mordedura ocurrió justo un mes después de que Leibowitz adquiriera el taipán, según reporta WBTW el 6 de septiembre de 2024. El influencer había afirmado en un video anterior que “si los mantienes lo suficientemente arriba, puedes controlarlos”, en referencia a las serpientes. Sin embargo, su mordida puso en duda sus propias afirmaciones y resaltó la importancia de estar preparado para lo inesperado cuando se maneja un animal tan peligroso. El Australia Zoo ya había advertido que esta serpiente tiene uno de los venenos más mortales del mundo.
Leibowitz publicó en su Facebook pidiendo antídoto horas después del incidente, dejando en evidencia que, cuando las cosas se salen de control, no hay margen para el ego. Este incidente no solo pone en duda la seguridad de aquellos que manejan animales peligrosos, sino también las condiciones en las que lo hacen. Según WBTW, las autoridades encontraron 14 serpientes venenosas en la casa de Leibowitz, algunas viviendo en condiciones deplorables. Es un recordatorio de que la manipulación de estos animales requiere no solo habilidad, sino responsabilidad.
¿Es el influencer responsable de su propia caída?
A pesar de todo, desde la cama del hospital, Leibowitz no cambió su actitud por completo. En un video publicado en Instagram el 8 de septiembre, dijo: “Hay algo que no les he contado. Tengo todo grabado”. Este tipo de comportamiento refleja cómo los influencers muchas veces priorizan la viralidad sobre su propia seguridad. Leibowitz grabó el incidente, asegurándose de que incluso su error quedara como contenido para sus seguidores, demostrando lo lejos que algunos están dispuestos a llegar por mantener su relevancia en redes sociales.
El incidente de Leibowitz plantea preguntas sobre los peligros que los influencers están dispuestos a enfrentar para generar contenido. No es el primero en poner su vida en riesgo por la atención del público, pero su caso resalta la necesidad de tener más cuidado. En lugar de desafiar la naturaleza solo por likes, sería más sensato que influencers como él promuevan un comportamiento responsable. Las redes sociales pueden amplificar el impacto de este tipo de conductas, pero también deberían promover una mayor conciencia sobre los riesgos involucrados.
Este evento debe ser una lección no solo para Leibowitz, sino para cualquiera que busque popularidad en redes. Los influencers que manipulan animales peligrosos o realizan hazañas arriesgadas deberían ser responsables con su audiencia y consigo mismos. Promover conductas irresponsables puede tener consecuencias trágicas, y en este caso, casi lo fueron para Leibowitz. Es importante que las plataformas y sus usuarios cuestionen el contenido que se consume y se promueve.
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