Hace un par de años, en mi cumpleaños, un amigo me regaló un libro. Lo vi y pensé: “¿Isra Bravo? Ni idea de quién es este tipo”. Lo dejé en la mesa, seguro de que se quedaría ahí, olvidado.
Pero al final, me ganó la curiosidad. Lo abrí una tarde, y ahí me quedé. Ese tipo tiene una manera de escribir para vender que no te suelta.
Directo, con un toque de descaro, de esos que hacen que hasta el café sepa más fuerte.
Me atrapó.
Y cambió cómo veo esto de escribir para vender.
La cruda realidad: todos estamos vendiendo
Isra lo deja claro: aunque no te des cuenta, todos vendemos. Sí, incluso cuando no hay un billete de por medio. Vendemos cuando queremos caerle bien a alguien. Cuando le pedimos ayuda a un amigo. Cuando negociamos con un cliente. O con nuestra pareja, porque sí, ahí también vendemos.
Y en este juego, la mayoría está jugando mal.
¿Por qué?
Porque vivimos obsesionados con los likes, los seguidores, los comentarios. Y esa obsesión, déjame decirte, es una trampa.
¿Crees que los likes te van a dar seguridad? Error.
Mira:
- Las redes sociales son como un departamento rentado. El dueño (sí, el algoritmo) te puede echar cuando quiera.
- Cambian las reglas sin avisar, y ahí estás tú, con todo el “trabajo” de tus seguidores, ¿para qué? Para que un día ya nadie vea tus posts.
- La verdadera red de seguridad, donde nadie te puede mover, está en tu lista de correos. Esa lista es tu casa propia.
Isra lo entendió hace años. Y yo también lo entendí. No se trata de jugar a ver quién tiene más corazoncitos en cada publicación. Se trata de construir algo que dure. Porque cuando aprendes a escribir para vender, no necesitas depender de redes ni algoritmos.
Si aún crees que necesitas 10 mil seguidores más, tal vez te estás engañando
Nos encanta ver subir los números, ¿verdad? Pero esa satisfacción es momentánea. Y te lo digo de frente: si crees que ahí está la clave, te estás subiendo al tren equivocado.
Lo que necesitas es conexión real.
Independencia.
Que la gente que te sigue hoy, esté contigo mañana, sin importar cuántas veces cambie el dichoso algoritmo.
Así que, si lo que buscas es algo que realmente cuente, algo que no se desvanezca al primer cambio de reglas… crea tu propia lista. Hazla tuya. Construye algo a prueba de algoritmos.
Escribir para vender no es llenar redes sociales de posts virales. Es conectar de verdad, desde tu propio terreno, y hacer que tu mensaje llegue sin barreras. Porque cuando entiendes cómo escribir para vender, el número de seguidores es solo un número.
¿Te interesa? Acá tienes el link. Es más, toma esto como una charla en confianza. Únete, o sigue acumulando seguidores en el terreno rentado.
Al final, los que lo entienden, dan el primer paso. Y los que no… bueno, siempre se puede volver a empezar.