Hace un par de años llegué a Estados Unidos, creo que a Nueva York. Había sido invitado a un evento de presentación de los nuevos teléfonos de pantalla flexible de Samsung.
Todo muy pro. Salas enormes, periodistas tech por todos lados, luces que te hacían sentir que estabas a punto de ver el futuro.
Pero el momento más realista del viaje pasó en el check-in del hotel.
Una de las recepcionistas, con sonrisa amable, me pregunta:
—¿Vienen de vacaciones?
—No, venimos a un evento de Samsung, van a mostrar sus nuevos teléfonos flexibles.
Y ahí vino el golpe de realidad.
Sacó su teléfono del bolso. Un plegable. Literalmente partido a la mitad.
—Entonces por favor dígales que los hagan más resistentes.
No dijo nada más.
No hizo falta.
Su pantalla estaba rota justo donde el teléfono se dobla.
Y aunque su modelo era de primera generación, el mensaje quedó claro: la durabilidad importa más que cualquier función mágica.

¿Siguen siendo frágiles o ya aprendieron la lección?
Pongamos las cosas sobre la mesa.
La mayoría de la gente sigue pensando que los teléfonos flexibles son frágiles. Que se quiebran con el aire. Que si los abres 10 veces se rompen.
Pero las cifras dicen otra cosa.
Samsung asegura que su Galaxy Z Fold 6 aguanta más de 200,000 pliegues. Eso significa que si lo abres y cierras 100 veces al día (cosa rara), aún así podrías usarlo 5 años sin problema.
¿Te parece poco?
El OnePlus Open puede con un millón de pliegues. Sí, leíste bien: un millón. Lo confirmó How-To Geek. Eso ya no es “prototipo”, es nivel tanque.
¿Que si aún se rayan más fácil? Sí.
¿Que si siguen siendo más delicados que un iPhone con carcasa militar? También.
Pero ya no es el drama de antes.
¿Qué teléfono flexible comprar si te preocupa el agua?
Otro mito: que los teléfonos flexibles se arruinan con una gota de agua.
La realidad es otra.
Modelos como el Motorola Razr+ (2024) y el Pixel 9 Pro Fold tienen certificación IPX8. Eso significa que pueden sumergirse hasta un metro durante 30 minutos sin explotar. Tal como lo confirma el reporte de SlashGear sobre los mitos más comunes.
Incluso el OnePlus Open tiene IPX4. No es para tirarlo a la alberca, pero sí aguanta una lluvia.
Samsung también ha mejorado lo suyo. El Galaxy Z Fold 6 ahora ya se defiende como un grande en temas de resistencia.
Entonces no, no tienes que esconderlo si llueve.
¿Por qué alguien compraría un teléfono que se dobla?
Tres palabras: multitarea real.
Con un plegable puedes tener hasta tres apps abiertas al mismo tiempo.
Es decir: puedes ver un video, responder WhatsApp y tomar notas… sin cambiar de pantalla.
Esto no lo digo yo, lo explica Maxis.
Además, el “flex mode” te deja ponerlo en forma de L, como si fuera una laptop chiquita. Muy útil para hacer videollamadas sin sostenerlo, grabarte bailes en TikTok o ver series mientras cenas sin andar cazando el ángulo con una taza.
Y si eres de bolsillos pequeños o llevas clutch, el Galaxy Z Flip cerrado cabe casi como una polvera. Literal.
¿Qué teléfono flexible comprar si buscas innovación sin renunciar a calidad?
El futuro ya no está solo en doblar pantallas. Ahora las quieren enrollar o estirar.
En The Future of Flexible Displays cuentan cómo empresas como Visionox ya tienen prototipos de pantallas OLED que se estiran como si fueran chicle. Y Sharp tiene pantallas que aguantan 300,000 pliegues sin llorar.
También hay avances en cámaras específicas para estos diseños, como reporta Blackview: interfaces adaptadas al modo plegado y mejoras en baterías para pantallas más grandes.
Entonces… si vas a invertir en esto, que sea en un modelo con visión de futuro. Nada de irte con el más barato solo porque se dobla.
¿Qué considerar antes de comprar uno?
Hay cositas que no se dicen mucho.
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Las pantallas flexibles no son de vidrio, sino de un polímero plástico. Esto hace que se rayen más fácil. Y sí, el pliegue se nota. No es grave, pero está ahí.
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Las proporciones son raras. El Z Flip tiene relación 22:9. Traducción: si ves videos o usas apps no optimizadas, pueden salir barras negras o recortes feos.
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No todos los desarrolladores están listos. Según Samsung Developers, hay errores comunes en el diseño de apps que hacen que algunas funciones no se vean bien al abrir/cerrar la pantalla.
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El protector viene de fábrica, pero es de plástico. Se puede desgastar rápido y no se ve tan premium como uno de vidrio.
¿Entonces qué teléfono flexible comprar?
Depende de lo que te importe más.
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Si buscas multitarea bestial: el Galaxy Z Fold 6 o el OnePlus Open.
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Si priorizas portabilidad y diseño cool: el Galaxy Z Flip 6 o el Motorola Razr+.
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Si quieres algo nuevo pero confiable: el Pixel 9 Pro Fold es una joyita escondida.
Pero sobre todo: cómpralo si vas a usarlo como fue diseñado. No como quien se compra una bici de montaña para colgarle ropa.
¿Son el futuro?
Sí. Ya lo dijo el New York Times: los teléfonos flexibles están dejando de ser juguetes caros para volverse herramientas serias.
Se espera que para 2025 representen el 5.9% del mercado mundial de smartphones, según The Business Research Company.
¿Van a reemplazar a los teléfonos tradicionales? No pronto.
¿Van a seguir creciendo? Sin duda.
La clave está en que cada generación corrige lo que la anterior hizo mal. Así que sí, si alguna vez viste un teléfono doblado a la mitad y pensaste “esto es una mala idea”, es válido. Pero hoy, ya no son los mismos de hace 3 o 5 años.
¿Mi consejo?
No compres el más barato.
No compres el más caro.
Compra el que te permita usarlo como tú necesitas.
Y si todavía tienes dudas sobre qué teléfono flexible comprar, piénsalo así:
No es solo una pantalla que se dobla.
Es una forma distinta de interactuar con la tecnología.
Y en ese viaje… hay quien quiere estar en donde no todos están.
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